viernes, 13 de noviembre de 2015

¿Y ves por qué?

¿Y?¿Ya ves por qué tenías que seguir recluida en tu coraza? ¿Ya ves por qué te dije que nunca más hicieras ciertas cosas? ¿No te dije, no me prometiste que no ibas a cometer los mismos errores?
Ok humana... te gustó, lo volviste a disfrutar mientras duró, y nuevamente se te escurrió lentamente entre los dedos, y estás viendo en este  momento cómo sigue saliendo el agua de tus manos. Era agua que se mostraba clara, pero que realmente no sabías de dónde venía. Hasta el agua más sucia se muestra clara en su superficie. Cuando aparecí en tu puerta, sabía que ésto iba a pasar. No te lo dije pero te lo dí a entender, por eso te miré tan fijamente, por eso te sonreí... aunque tengo que reconocer que para mis adentros también me divertía la situación, y mi sonrisa no siempre fue del todo buena.
Quisiste reconvertirlo, reconvertirte... humana con poderes... lo más fuerte y frágil que puede existir, dos antítesis en una misma persona, reencarnadas en un ser. Te miré con mis ojos grandes incluso cuando no me veías; allí estaba, aparecía en los momentos justos, ¿por qué pensas que lo hice? Ya te había acechado antes, desde rincones y entre las sombras, sin mostrarme evidente, desde esos lugares que no te pertenecían. Desde esa casa de familia, desde ese departamento ajeno, desde ese hogar compartido y repleto de tus ilusiones... siempre te miré desde las sombras y el anonimato, y ya ves, por algo lo hice.
Hoy me manifiesto. Me manifesté en tu puerta el otro día, entré, me puse en el rincón a mirarte, pero de manera evidente y alevosa. Quisiste hacer como que yo no estaba allí, me ignoraste, y he aquí el resultado de ello... pero no te preocupes, por eso te mostré al vampiro, porque los demonios evidentemente no van con vos. Yo lo se, confiá en mi.
Decidiste no hacerme caso, no escucharme ni mirarme. Y yo siempre estuve ahí, y no te quería lastimar, te quería proteger. Mis garras son afiladas, pero implantan en vos algo más que una posesión, como vos la llamas. Implantan el sentido del cuidado y la protección, el sentido del raciocinio, para que seas más escéptica. Llegué tarde, debería haber venido antes, pero estabas tan bien sola... creí que ya eras una humana independiente, que ya no me necesitarías.
Detrás de vos, mientras pensabas y pensabas a raíz del halo negro en mi cuerpo que era absorbido por el tuyo, mis manos se posaron en tu espalda, y te asustaste. Te hice esos masajes que nadie te hizo nunca. Respiré en tu cuello, y temiste. Viste mis garras rodear tu cara, y te paralizaste. Jamás viste mi amor absoluto en ello, y no me refiero al amor romántico, no, eso dejáselo a los débiles (como vos misma). Te quería cuidar, implantar lo que implanté en vos, y aparecí tan tarde que ahora obligatoriamente tenemos que esperar que esa semilla crezca y de sus frutos, mientras te hundís sumida en la depresión y la tristeza.
No hice nada bien... ni siquiera el vampiro te hace bien en este momento. Pero se que lo va a hacer, vos esperá, tranquila... no le des más de tu sangre a los demonios, controlate, y alimentá al ser que está ansioso de ella. De eso que escurre ahora en tus manos, que no es agua, ya no más. Tampoco es su pureza. Tampoco es del demonio. Lo que escurre por tus manos es tu propia sangre, una vez más. Yo te voy a proteger para que no te pase de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lectura de cuentos

¡Buen martes! Hoy quiero dejarles dos enlaces; son la primera y la segunda parte de un vivo en el que estuve el 31 de Octubre junto a los es...