lunes, 9 de noviembre de 2015

Revelación

No, la verdad es que esto no tiene nada que ver con el monstruo. Vengo a esconderme en este callejón por otra cosa.
Las necesidades corporales se convirtieron en una parte importante de mi vida, yo no se si producto de la edad, de la represión, del deseo, o de otras cosas que desconozco. Pero nunca me había pasado de llegar al punto límite en el que estoy ahora, en el que los números no me importan, las imágenes menos, y lo que más me interesa es estar presentable físicamente para disfrutar ese momento por completo sin estar pensando en qué ángulos tengo que adoptar para verme más favorable (o bella).
Ya no me importa lo que piensen, lo que pase, quizá sí, aclararía un par de tags; pero no por eso voy a dejar de actuar como me lo ordene mi naturaleza animal, esa parte de mi que se guía por los instintos, como le pasa a todo el mundo.
Como tema aparte puedo mencionar que también me di cuenta que mis intereses sentimentales se basan únicamente en la atención que reciba del otro. Cuanta más atención me de, más me enamoro; y viceversa. Y no por eso quiere decir que no lo quiera, pero sí que mi imaginación va a volar y se va a ir a límites insospechados por mi Yo del pasado.
Estoy hormonal, con calor, corriendo por el mundo como un animal en llamas. Nada puede pararme ahora. A continuación, en la próxima publicación, voy a dejar el primero de lo que espero sean muchos capítulos de una historia que nunca pasó... ¿o sí?

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